Parodias pornográficas de clásicos literarios
Los clásicos son aquellas obras literarias que, gracias al paso del tiempo, a su popularidad y a su indiscutible calidad, han terminado convirtiéndose en piezas fundamentales de la cultura. Desde El Quijote hasta El Señor de los Anillos, pasando por La Divina Comedia o la saga de Harry Potter, no hace falta tener cientos de años para convertirse en un clásico literario. De hecho, la obra de Rowling prácticamente surgió ya como un libro indispensable, revolucionando la literatura fantástica juvenil. Es cierto que casos así solo se dan una vez cada siglo, pero no hay que olvidar que para que una obra se convierta en un clásico, necesita del apoyo incondicional del público. Y en este sentido, escritores actuales como Rowling, Stephen King o Arturo Pérez Reverte no tienen nada que envidiar a los más insignes escritores de todos los tiempos. Porque la calidad también se mide dentro del contexto de cada generación.
Una de las formas que tenemos de entender que una obra se ha convertido en un clásico absoluto son las versiones y adaptaciones que de ella se hacen. Algunos afirman que algo no es popular hasta que no es parodiado en series como Los Simpson, y puede que tengan razón. Llegar a ese punto significa ser conocido en todo el mundo y recibir el beneplácito de una serie que es, a día de hoy, la mayor ventana a la cultura popular de los treinta últimos años. Desde Poe a King, pasando por Lovecraft y los míticos episodios de la Casa Árbol del Terror, Los Simpson han destacado por versionar y parodiar, con su humor ácido, muchos clásicos. Pero no han sido los únicos. Adaptaciones de los cuentos y relatos más populares, como La Bella Durmiente o Caperucita Roja, se cuentan por centenares. Son obras de sobra conocidas por todo el mundo que además manejan temas muy maleables a la hora de realizar adaptaciones diferentes, manteniendo siempre la esencia. Incluso el cine porno ha bebido de esas influencias para llevar a cabo sus propias parodias, siempre con ese punto picante que, sorprendentemente, ya aparecía en muchos de esos relatos…
Alicia en el país de las Maravillas
Comenzamos este repaso con una de esas obras que marcaron un antes y un después. El matemático Lewis Carroll nos mostró un increíble mundo maravilloso a través de las aventuras de la pequeña Alicia. Una historia que ha tenido infinidad de versiones, incluyendo las más reconocidas por parte de Disney. Hay una, sin embargo, que saca todo el partido a esa doble lectura que podemos hacer del libro original, donde había referencias mucho más profundas de lo que parecía a primera vista. En 1978, época dorada del cine para adultos, se rodó la controvertida Alicia en el País de las Maravillas: Una Comedia Musical, convirtiendo el relato de Carroll en un auténtico musical porno. Con escenas muy explícitas, aunque no tan abundantes como en otras producciones del género, la película se mantenía bastante fiel al relato original, y todavía hoy sigue siendo un film de culto.
Caperucita Roja
Una jovencita que acude sola a visitar a su abuelita y tiene que vérselas durante su trayecto con un terrible lobo que quiere zampársela. Si lo vemos desde cierto punto de vista, la historia ya tenía su parte morbosa desde el principio, y es que detrás de la inocente Caperucita hay una chica que está creciendo y haciéndose mayor. El deseo libidinoso y sexual, representado en la voracidad animal del villano, queda aún más patente en las versiones pornográficas de este cuento. Han sido muchas las ocasiones en las que Caperucita se ha desprendido de su famosa caperuza roja para quedar totalmente desnuda a merced del propio lobo, o del cazador. Una parodia que nunca pierde frescura, por más que ya conozcamos de sobra la historia y la hayamos visto mil veces.
Cenicienta X
La historia romántica por antonomasia también se puede tornar sugerente y explícita cuando nos dejamos de tabúes. El cine porno ha sentido especial predilección por Cenicienta, disfrutando de la ocasión de subvertir esos valores que el cuento original propone. La chica humilde y apocada convertida en princesa solo por una noche. El zapato como símbolo del destino que la unirá con el príncipe. La maldad de sus hermanastras y su madrastra, que finalmente acabarán recibiendo su merecido. La fantasía, en estas versiones pornográficas, era cumplir de hecho con los deseos que muchos espectadores habían tenido al leer el cuento original. El amor siempre acaba imponiéndose, pero eso no quita para que, en el camino, también se disfrute de un poco de sexo mágico y divertido. Las versiones ochenteras de Cenicienta son una auténtica delicia kistch.
Blancanieves y los siete enanitos
Otro de esos clásicos que han sido llevados a diversos géneros en multitud de ocasiones es Blancanieves y los Siete Enanitos. La primera película completa de Disney sirvió para popularizar aún más este relato de venganza, amor y traiciones, donde una chica joven decide quedarse a vivir con siete enanos. El guión de la película porno, desde luego, se escribía solo. Durante estas décadas han sido muchos los que han querido homenajear a este precioso cuento de nuestra infancia con parodias XXX. Una de las últimas, rodada hace poco más de una década, llevaba el estilo del cuento fantasioso un paso más allá, con escenas muy explícitas. Los fans le tienen también mucho cariño a la versión italiana de 1995, con cierto aire ñoño incluso, pero no exenta de buenas escenas sexuales. Es uno de esos relatos que jamás pasará de moda, así que veremos muchas más parodias de este tipo.
La puta de los anillos
El Señor de los Anillos fue otro de esos libros que se convirtieron en clásicos prácticamente desde su lanzamiento. El inmenso trabajo de J.R.R. Tolkien para dar vida a la Tierra Media y a todos los seres que en ella habitaban encontró el beneplácito de los estudiosos, críticos y el propio público. El libro ya era muy popular antes de las adaptaciones de Peter Jackson, pero estas lo elevaron a un nuevo nivel. Y el mundo del porno de principios de los 2000, ávido de nuevas ideas en ese trasvase hacia Internet, decidió crear su propia versión de este relato. La Puta de los Anillos tiene poco que ver con la obra de Tolkien, más allá de estar ubicada en el mismo universo. Como de costumbre, la premisa es solo una excusa para mostrar imágenes sexuales explícitas. Criaturas que no se sabe de dónde salen, brujas que no existen en el lore del relato original… En este caso, los productores simplemente utilizaron la referencia a El Señor de los Anillos como un gancho, para cambiar por completo la historia.